Seguramente han experimentado estar conversando con alguien y escuchar a lo lejos el ladrido de algún perro.
Escuchan los ladridos pero no es importante.
Son conscientes del perro ladrando sin embargo la mayor parte de la atención está en lo que les está contando su interlocutor.
Así es cuando asumimos/visualizamos lo que deseamos .
Sabemos que ya es un hecho mientras imaginamos, aunque aún no se ha manifestado en la realidad física.
Entonces esa realidad que ya no es de nuestra preferencia es como los ladridos del perro, nuestra mayor atención está en la sensación del deseo cumplido.
Si insistimos lo suficiente en mantener la atención en la sensación de cumplimiento de nuestro deseo olvidaremos al “perro” por completo, toda nuestra atención estará en el deseo cumplido y no fragmentada.
Así es como seleccionamos una realidad, así es como colapsan los milagros.
©Móni Ciampagna

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