Simpleza, de eso trata todo.
Cómo aplicar la simpleza respecto la manifestación deliberada?
Sabes que para manifestar, expresar, hacer colapsar un deseo en la vida tridimensional, tienes que imaginarlo de antemano que ya es real. La cosa se complica cuando la complicas.
Solo se trata de imaginarlo desde el final y allí mantener la mirada, sin distracciones como la duda, el miedo, el cuándo, el cómo…
Hay un ejemplo que lo he leído en algún lado :
Colocamos un largo tablón en el piso, de unos 60 cm de ancho y caminamos de un extremo al otro, tan solo colocando un pie delante del otro cada vez , hasta llegar al objetivo: el otro extremo.
Lo hacemos y yá.
Pero la cosa cambia cuando ese mismo tablón es puesto uniendo dos edificios de diez pisos de altura.
No hay viento, el clima es perfecto y el tablón que une ambos edificios está perfectamente asegurado. Las condiciones son exactas al primer caso, solo el detalle de la altura donde está colocado el tablón.
Si nos proponemos atravesarlo nos invade el miedo al mirar al costado y ver la altura. Nos mareamos. Nos falta el aire. Un sin fin de justificaciones al miedo se exteriorizan.
Cuando eres simple solo fijas la mirada en el objetivo final, el punto de llegada, haciendo caso omiso a cualquier otra información llegada por los sentidos físicos.
En la simpleza no se disparan diálogos internos tales como: ” y si me caigo, y si me resbalo?”
La simpleza se la asocia con la niñez porque los niños aún no han desarrollado el intelecto y no se cuestionan las cosas.
Visualizando en meditación trascendemos el intelecto, por lo lo tanto los miedos. Somos Simples, inocentes como los niños.
